Ser mujer en México, justicia en el caso de los porkys

 

Mi amiga Mariel escribió hace unos días un texto con el  que toda mujer mexicana se identifica, el texto Cosas que me gustaría nunca haber vivido nos cuenta cronológicamente todos los acosos, violencia y etc. que ha sufrido a lo largo de su vida por ser mujer.

Mariel comentó en un tweet “no conozco a una sola mujer mexicana sin una historial similar”, es correcto, 2 de cada 3 mujeres en México sufren –sufrimos- violencia.

Despedimos Marzo, el famoso mes de la mujer -Marzo con M de Mujer- de la manera más triste, con un nudo en la garganta y sí, con mucho enojo. Casos emblemáticos vivimos este mes, las niñas de Guatemala que murieron en un incendio por negligencia, el caso de Tamara de Anda, la periodista de la Jornada MiroslavaBreach Velducea, Emma Gabriela Molina Canto que luchaba por recuperar a sus hijos secuestrados por su ex y muchas más.

La semana pasada el Juez Anuar González otorgo el amparo a Diego Cruz mejor conocido por ser uno de los “porkys” implicados en el caso de la violación de Daphne en Veracruz, el argumento es que no tuvo la intensión lasciva de tener coito con ella, no lo disfruto y por lo tanto no hubo placer.
En resumen nos dice que no hay pruebas suficientes para el auto de formal prisión, porque “hay insuficiencia probatoria”, es decir no se integraron todos los elementos de las investigaciones suficientes para probar los hechos de violación, pederastia y todo lo que se imputa.

¿Cuántos casos de violencia no se dan en un cuarto, sin testigos, o cámaras que guarden el testimonio de los hechos?, por lo que son los peritajes psicológicos y los testimonios de la víctima y victimarios lo que ayuda a armar la escena para poder juzgar, pero entonces no se está haciendo.

“[…] cuatro de cada 10 víctimas son mujeres menores de 15 años, 60% de las violaciones y abusos sexuales ocurren en el hogar de las víctimas y 60% de las mujeres violentadas conocían directamente a su agresor por ser parte de su familia o uno de los vecinos” Aumenta la violencia sexual en México en 5 años

Más allá de las conclusiones jurídicas, este caso despertó un debate en redes y volvió al debate a una serie de conclusiones muy preocupantes, de esto destacó tres temas importantes:

La culpa la tiene ella

Una constante fue el juzgar lo que llevó a Daphne a encontrarse ese día en ese lugar, a esa hora, en ese momento y que ciertas acciones llevaron a que sucedieran los hechos que ya conocemos, pero lo que se ha hecho es re victimizar a la agredida –una vez más-.
Daphne declaro la violación un mes después de la agresión, ¿eso qué nos dice?, que guardo silencio por miedo.
Las conclusiones a las que se han llegado –la mayoría hombres- son:
-¿Qué hacia ella (Daphne) fuera de su casa en una fiesta si es menor de edad? y “a esas horas”.
-Ella se subió a la camioneta.
-No midió el peligro.
-Justificando al hombre que viola “no se advierte ninguna manifestación, intención, conducta, insinuación […] que diera noticia de de una intención de satisfacer un deseo carnal, apetito inmoderado, erotismo sexual”
-No estaba indefensa, si se logró cambiar de asiento después de que la tocaran, entonces no estaba indefensa.
“Esto es y valga repetirlo: para el Juez, no es que no existan elementos para comprobar que la tocó sexualmente, sino que no existen elementos para comprobar que esto fue “abuso sexual”, porque para que haya abuso sexual, es necesario, además de que la toque, que la persona en cuestión lo haya hecho para “obtener una satisfacción sexual”” Estefania Vela
La violencia a la que fue objeto, entonces queda en segundo plano, más allá de la violencia de la que fue objeto, queda la violencia social, que nos dice primero –otra vez- que el juez está dándole la razón a los chicos, por qué ella no debía de estar en ese lugar.

Falta de capacitación y perspectiva de género
“todos los casos de asesinatos de mujeres, desde los que parecieran crímenes, suicidios y hasta algunos accidentes deben analizarse con perspectiva de género para determinar si hubo o no razones de género en la causa de la muerte” Olga Sánchez Cordero 
Nos han dicho exageradas, que la ley sí nos protege, que estamos seguras, pero no, no es así, no nos podemos sentir seguras al salir a la calle -implica una serie de violencias, acosos e inseguridad- tenemos una serie de leyes que defienden y protegen a las mujeres de cualquier acto de violencia, México se ha sumado a tratados, pactos y muchas cosas más para proteger a las mujeres, pero seguimos sin estar seguras.
¿Por qué?, porque los procuradores de justicia, los abogados, jueces y todas y todos los que deben de armar las pruebas, expedientes y defender o representar a las y los interesados, no cuentan con una capacitación en género.
¿Dónde quedo la perspectiva de género?, y al no existir una sensibilización a tema, un correcto trato a la información, vemos casos como este.
¿Qué pasa con todo el recurso que se destina para capacitación?, dónde quedo el protocolo para juzgar con perspectiva de género.
El código penal del artículo 259 al 266 habla de la violencia equiparada, que es en este caso lo que se está persiguiendo.

Sí este juez llego esta conclusión no fue por casualidad, es el ejemplo del mal sistema de justicia que tenemos en México, uno donde meter los dedos a la vagina no es un violación, el Juez Anuar es solo uno de muchísimos casos en México donde la justicia para las mujeres quiere ser interpretada con los mismos ojos, casos como abortos, feminicidios, pederastia, violación quedan impunes por una protocolo sin perspectiva y juzgadores sin capacitación. 
El Supremo Tribunal de Justicia de la Nación en Diciembre del 2016, ejerció 7,593,239.02 en capacitación de los servidores públicos  “15501 APOYOS A LA CAPACITACION DE LOS SERV PUB”
“un enorme abismo en el Estado de derecho, en el cual nosotras somos las más desfavorecidas frente a esa ausencia del imperio de la ley. Esta actitud, no solamente negligente, sino que demuestra la misoginia de quienes dirigen el aparato del Estado mexicano se expresa en la nula aceptación de las responsabilidades del Estado mexicano con respecto a la violencia contra las mujeres”. Patricia Olamendi

La movilización –y presión- en las redes

Primero dejemos claro algo, la crítica que se hace al juez no es por ser hombre, es por los argumentos que ha presentado para dar el amparo a este joven, absurdos como que los tocamientos SIN SU CONSENTIMIENTO no representan una intensión lasciva, NO estaba indefensa y etc, el Juez es el resultado de una serie de anomalías, procedimientos que no se hicieron de manera correcta, de una falta de sensibilización al tema de género, de falta de perspectiva de género y de un país que sigue viendo como “normal” que violen a una joven.

La noticia al darse a conocer, despertó en redes una oleada de manifestaciones, descontento y enojo, -yo misma me sume a esta crítica-, pero vamos a lo siguiente, está bien, la están regando, pero por que debemos de generar amenazas a las hijas y esposa del juez, comparar lo que le paso a Daphne y decirle que eso le va a pasar a sus hijas, sí lo sé, el tema nos molesta, pero no podemos ejercer la justicia por nuestras manos, esas hijas y esposa merecen nuestro respeto y como mujeres ellas también están expuestas a toda esta violencia.

Estamos utilizando las redes para juzgar y generar más violencia, no solo al juez, las familias de los Porkys, la familia de Daphne. Las noticias en tiempos de redes sociales nos informan al momento lo que está pasando, nos indigna y despierta movimientos en contra de injusticias pero no deberíamos generar más discursos de odio.

Indignación

Claro que me indigna, me indigna que si quiero que un juez me haga caso debo de llegar golpeada, violada –cerciorarme que me violen por el ano o vagina con el pene-, debo estar maniatada e indefensa totalmente y fijarme que el violador lo esté disfrutando –que haga cara de placer, gesticule-  en un lugar público para que muchas personas vean la violación (y animarlas a denunciar), de preferencia a un hora decente –para que no digan que ando a de libre- debo de ir a denunciar en ese momento y soportar que todos me pregunten y cuestionen mi testimonio, y debo vigilar e integrar mi propia carpeta de averiguación para que no omitan nada y  tal vez así recibir un poco de justicia.

Hoy pedir justicia para Daphne es pedir justicia para todas las mujeres mexicanas, por que los avances legales no pueden quedarse a medias sin leyes secundarias, reglamentos, capacitación y sensibilización en el tema.

 #JusticiaParaDaphne #JusticiaParaTodas




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