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Mostrando entradas de enero, 2015

Carta a mi enemiga

Querida compañera: Quisiera iniciar estas líneas expresando que el título de esta carta es simplemente mercadotecnia, no concuerdo que entre las mujeres existan enemigas, porque no lo creo, pero no le podía poner “Carta a mi archienemiga”, porque sería muy dramático y titularlo “Carta a una no-amiga” simplemente no se lee “bonito”. Así que dejaremos que la carta hable por sí misma, iniciare diciendo que creo que entre las mujeres no debería existir esa palabra en nuestro lenguaje aunque  sería imposible considerando que las mujeres hablamos en promedio unas 20 mil palabras por día y aunque tal vez no exista en el lenguaje debería ser un sentimiento reservado a momentos como “mi peor enemiga es la menstruación, la odio tanto”, o “ese rímel parece ser mi enemiga”, porque entre las mujeres siempre ha existido un código o siendo más profetas, los mandamientos que se acatan entre nosotras. ¿Por qué digo esto?, porque nos ha tocado ser el sexo débil siempre, y sí, aún hoy en día c

Las manos de mi abuela

Creo que las manos de las mujeres están hechas para darle vuelta a la tortilla, recuerdo esas manos pequeñas y arrugadas que me enseñaban a preparar un mole: tostando el bolillo, los cacahuates y sin receta, al menos no escrita repasaba uno a uno los ingredientes, esas manos que cargaban el agua en cubetas para abastecer la casa (muchos años después llegó el tinaco), y si, esas manos que  daban vuelta a las tortillas, y que siempre estaban calientes en el tortillero listas para comer. Ahora, casi dos décadas después de esos recuerdos, esas manos ya no le dan vuelta a la tortilla pero las heredamos, mi madre, mis tías, mis hermanas y yo. De pequeña mi madre comía al final o de pie, al tiempo que volteaba del comal las tortillas y servía nuestros platos, tiempo después que mi madre regreso a la vida laboral en casa los roles cambiaron, y no pudimos más que seguir la dinámica de voltear la tortilla mientras ellos las comían, pero el comal es un ser injusto, arrogante y destructor,

Buscando la libertad y ser feminista

“Ninguna mujer tiene un orgasmo abrillantando el suelo de la cocina”.  Betty Friedan Ser feminista ha sido un problema desde su concepción hasta su ejecución, muchos me creen la anti hombres o la devoradora de los mismos hasta llegar a ser nombrada la feminazi , y no soy la única, en más de una ocasión  mujeres de diferentes estratos y condiciones hacen propia la misma angustia, el ser vistas como la causa por la que se inició esta lucha. No es necesario que entre en un debate de definición, donde mencionemos los rasgos más importantes de la historia de este “movimiento social”, ni los ensayos más significativos, sus autoras, las guerreras, los momentos y sucesos, sino ahorraremos palabras en decir que el feminismo no es ni de chiste similar al machismo. Y por qué inicio con este tema, por el simple hecho de que ya estuvo bueno de que cualquier acción que hagamos sea culpa de nuestro feminismo, sea buena o mala, porque si hablas de más, si te tomas una cerveza más que el res

2015

Inicio mi reflexión del nuevo año varios días después de la llegada del 2015. Este año no inicio con las clásicas uvas ni el brindis, fue un té no tan helado y abrir mi agenda para los siguientes 12 meses. Cada año encuentro asombrosa la manera en que la vida nos da una nueva oportunidad, y no solo eso, nosotros mismos nos creamos esa nueva oportunidad para reiniciar, las metáforas de “escribir un nuevo capítulo de nuestras vidas”, “abrir la primera página de un libro”, entre otros que son parte de crear un comienzo. Y como no mencionar la maleta, barrer la entrada de la casa, las monedas en el zapato, la ropa interior amarilla y roja, todo al final trata de una segunda oportunidad. Y nuevamente cada año el final y el inicio de un nuevo año esas 24 horas que nos separan de dar la vuelta al calendario son precisamente esas horas en las que debemos replantearnos todo. Y me parece asombrosa esa división de segundos, donde todo se olvida y recibimos con una sonrisa el primer día